Ser una iglesia fortalecida bajo la gracia de Dios, el amor de Jesucristo y la dirección del Espíritu Santo; comprometida activamente en la tarea evangelizadora y misionera, atendiendo las necesidades espirituales y sociales de nuestro país, con un liderazgo idóneo y capacitado, con buena administración y auto sostén, impactando mediante el testimonio en la sociedad.

Proclamar el Evangelio de Jesucristo y desarrollar un discipulado integral y una obra misionera en el contexto y la cultura de los pueblos de nuestro país, mediante una relación de respeto y diálogo, una ministración encarnada, pedagógica y pastoral bajo la unción del Espíritu Santo.

Manifestar el amor de Cristo al prójimo, sin hacer diferencia alguna de personas, asumiendo acciones concretas de acompañamiento y la atención de las necesidades básicas y prioritarias de la comunidad en la cual la Iglesia interviene y desarrolla su ministerio, en el marco de un desarrollo integral y sostenible.

Ser voz profética en el horizonte de un testimonio ético-cristiano comprometido solidariamente con nuestro pueblo en la defensa de la verdad, la justicia, el amor, la paz, la fe y la esperanza como parte del rol de la Iglesia de Cristo en el Perú, a fin de cuidar el respeto a los derechos humanos y a la creación de Dios.

1. Una Iglesia que proclama, discípula y encarna el Evangelio de Jesucristo en medio del mundo (dimensión kerigmática).

2. Una Iglesia que hace memoria, celebra la fe y la vida y  la comunión humana como expresión de la Gracia (dimensión litúrgica y de koinonía).

3. Una Iglesia que educa y promueve los valores evangélicos en la cultura (dimensión didascálica).

4. Una Iglesia que sirve y da testimonio profético en medio de la sociedad (dimensión diaconal y profética).